Como en muchos otros oficios, no son pocos los vaivenes que sufre un fotógrafo en relación a su medio de vida a través de los años; unos para arriba y otros para abajo.
Mucho antes de ser fotógrafo de bodas, recuerdo aquellos años en que todavía no existía la digital e iba a todos lados con un carrete en la cámara de sensibilidad a la luz 400 ISO y otro en el bolsillo de 1600 ISO. Podía surgir una historia interesante en un espacio cerrado con poca luz; entonces enrollaba el de 400, lo guardaba y le ponía el de 1600. Luego llegó la cámara digital y fue una alegría el poder disparar con total soltura, sin miedo a gastar tanto dinero en carretes y copias. Pero de repente, desapareció la magia de la película y llegaron las horas eternas de selección y retoque en el ordenador.
Yo que me había entregado a este arte por el hecho de salir afuera, explorar el mundo, encontrarme con las personas…de repente me vi metido en casa enfrentado a la pantalla por meses y años. Así los pasé con gran esfuerzo, aprendiendo a manejar programas, organizando el archivo, borrando lo que no valía, retocando miles de fotos…me sentía estafado por mi mismo, ¿me había equivocado de camino? Pasaron años en los que mi cuerpo y mente tuvo que ir adaptándose al trato con la tecnología, hasta que por fin pudimos fluir juntos y mi amor por la fotografía finalmente venció.
Y ese amor poco a poco me llevo a vivir experiencias muy bonitas, como la que viví en el sur de China, en Guanzhou, cuando fui por dos veces a recoger el premio de fotografía documental de culturas tradicionales del concurso “Premios de fotografía de la humanidad”.
Una competición organizada por la “Asociación china de fotógrafos de cultura tradicional” y patrocinado internacionalmente por la UNESCO.
Allí nos dimos cita 60 fotógrafos de más de 30 países. Hubo ceremonias, charlas, incluso se fundó la asociación internacional de fotógrafos de cultura tradicional, hoy en día ya extinta. Hicimos sesiones de foto con modelos, viajes, comidas, cenas memorables y por supuesto montones de anécdotas.
Íbamos un convoy de 3 autobuses, escoltados por la policía, recorriendo la China rural, recorriendo paisajes, visitando pueblos y mercados tradicionales. Impresionante la riqueza cultural de China, un país con 56 grupos étnicos diferentes y un territorio de naturaleza muy variada.
Sin duda fue esta una de las experiencias mas bonitas a las que me acerqué a traves de la fotografía. Queria que conocierais un poco de mi experiencia vital y que supierais por que mi estilo se enmarca en la fotografía documental de bodas y en la fotografía artística de bodas.
Documentar es mostrar la realidad tal como es, mientras sucede y el arte aplicado a la fotografía es crear imágenes que emocionen, que transmitan, que contengan también la impronta y el alma del autor.
Fotógrafo de bodas de destino
Soy un fotógrafo profesional de Zaragoza, España. Vivo entre mi ciudad natal y Cádiz, donde resido con mi hija. Con más de 10 años de experiencia profesional, te ofrezco toda mi dedicación en forma de fotografía documental de bodas, es decir, narración y realidad aplicadas a la fotografía artística, es decir, belleza, emociones, expresión. Servicio de reportaje de bodas, preboda, postboda, elopement, dron y otros.