Hay experiencias de vida que nos marcan por dentro y condicionan todo lo que hacemos en el futuro, nos moldean por dentro poco a poco. Así estamos todos hechos de cada uno de los instantes de nuestras vidas. En este sentido siempre me he sentido muy afortunado por ser fotógrafo de bodas. Una boda es un evento donde se pone lo mejor de cada persona para unirlo a la alegría de los novios y crear un momento único de felicidad conjunta, sin duda esto es un regalo energético que impulsará a la pareja hacía la felicidad.
Me encanta estar en medio de todo ello, retratando el momento, tomando fotos de los novios y absorbiendo toda esa buena energía que lo inunda todo. Yo también estoy hecho de esas bodas y todas esas personas, y yo también pongo mi grano de arena en el evento y doy lo mejor de mí mismo para la nueva pareja.
Y hablando de experiencias que nos marcan, os quería hablar de qué experiencias me marcaron, aportan valor a mi oficio y contribuyen a que yo haga fotos de boda originales, fotos de boda artísticas y de calidad. Pues bien, algunos de nosotros estamos formados más allá de la fotografía de bodas y durante nuestras carreras hemos abarcado otros campos de este oficio.
De niño me encantaba mirar la revista National Geographic, y digo mirar y no leer porque cuando mi hermano mayor la compraba, en España solo existía la edición en inglés. Aquellas fotos me trasladaban a los lugares más remotos y las culturas más exóticas. Esto disparaba mi curiosidad y admiración por el mundo y el ser humano. Y esto fue lo que hizo que empezara a agarrar la cámara y la mochila, desde muy joven.
En mi caso la fotografía documental y de viajes ocupa una parte importante en mi bagaje personal. Pasé varios años de mi vida viajando solo como aventurero por medio mundo descubriendo lugares increíbles y conviviendo con las gentes locales mientras hacía reportajes de fotografía documental .
Durante el camino, visité miles de pueblos y ciudades, selvas, tribus, desiertos. Las experiencias humanas que tuve fueron, casi siempre, muy gratificantes. Fui bienvenido en todos los lugares y la ley no escrita de la hospitalidad al viajero hizo que mi corazón bombeara radiante a pesar de tantas tragedias que viven las personas en todas las partes del mundo. Fui testigo personal de la sencillez de las personas que viven en medio de la naturaleza, sin contaminación exterior, e indagué si estas personas eran más felices que las personas que vivimos en entornos desarrollados y alejados de la naturaleza.
La respuesta que encontré es que el estrés, la angustia, la tristeza, lo mismo que las emociones positivas, son inherentes al ser humano y a veces a todos nos acompañan, cualquiera que sea el lugar y la cultura en la que vivamos. Casi siempre hallé la alegría y las sonrisas por el camino y cuando miro atrás no puedo más que estar agradecido a pesar de haber vivido en lugares donde la muerte acechaba al ser humano muy de cerca en el día a día. Especialmente allí donde hay miseria, enfermedad, conflictos o desastres naturales.
Fotógrafo de bodas de destino
Soy un fotógrafo profesional de Zaragoza, España. Vivo entre mi ciudad natal y Cádiz, donde resido con mi hija. Con más de 10 años de experiencia profesional, te ofrezco toda mi dedicación en forma de fotografía documental de bodas, es decir, narración y realidad aplicadas a la fotografía artística, es decir, belleza, emociones, expresión. Servicio de reportaje de bodas, preboda, postboda, elopement, dron y otros.